Hongo brasileño que afecta a los gatos: síntomas y cómo prevenir el contagio
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Recientemente, se ha registrado el primer caso de transmisión del hongo brasileño de un felino a un humano en Estados Unidos. El hongo brasileño, que afecta principalmente a los gatos, causa una infección fúngica que recibe el nombre esporotricosis. La transmisión a humanos se puede dar por medio de un rasguño o una mordedura de un animal infectado.
La esporotricosis afecta sobre todo a la piel. Provoca la aparición de un bulto rojo, rosado o púrpura, similar al de la picadura de un mosquito, donde el hongo ingresó en el organismo por primera vez. Si no se trata, con el paso del tiempo se forman lesiones cutáneas, como úlceras.
Hongo brasileño en gatos
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos alertan de que los gatos con esporotricosis suelen tener lesiones en la cara, generalmente alrededor de la nariz.
Los gatos infectados lamen sus heridas, propagando así el hongo brasileño por su rostro y cuerpo cuando se acicalan. El tratamiento para los animales dura varios meses y el organismo no siempre responde adecuadamente a los medicamentos. Por este motivo, los efectos secundarios son comunes.
Por su parte, el Departamento de Salud de Nueva York señala que la gran mayoría de las infecciones solo afectan a la piel. Ahora bien, hay casos que afectan al sistema nervioso central, las articulaciones y los pulmones, sin embargo, son contadas las personas que llegan a presentar este nivel de afección.
Respecto a los síntomas que presentan los gatos, pueden aparecer lesiones en la piel, presentando llagas en la cara y afecciones húmedas alrededor de la nariz. Otros signos de alerta pueden abarcar a nivel de ganglios linfáticos y mucosa nasal, e incluso presentar infecciones en otros sistemas.
Prevención
La prevención es clave para evitar la infección. Las personas pueden contraer esporotricosis de gatos infectados incluso si estos no les muerden ni arañan. Aunque no es lo más habitual, se han dado casos de personas que han contraído la enfermedad después de tocar a un gato infectado y luego tocarse los ojos, la nariz o la boca.
Por lo tanto, es fundamental limitar la interacción con gatos callejeros. Ante la sospecha de tener un gato contagiado, es fundamental acudir al veterinario a la mayor brevedad posible. Una vez realizado el diagnóstico y confirmada a la esporotricosis, establecerá el tratamiento más adecuado. Y, por último, es esencial mantener a lo gatos dentro del hogar.
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